Esta es una
opinión muy personal, quizá producto del abrasamiento que sufrimos diariamente
y en todos los ámbitos con el famoso coaching, como solución a nuestros problemas
laborales, amén de otros tantos…Como ayuda, y con prudencia, puede ser positivo, ¿pero
realmente sólo es así?
Con esta crisis que ya casi nos estrangula, y que no nos deja pensar
con lucidez porque no nos llega la sangre al cerebro, surgió una
corriente-siempre copiamos a los USA- que al calor del desdichado desempleo se
convirtió en el mejor negocio hasta la fecha.
Reconozco que hace tiempo que sabía que esto iba a ser así, y que yo
podría ser un número uno del asunto, porque toda mi vida ha estado dedicada a
contratar y dirigir equipos: en el ejército, en el deporte y en mi vida
profesional.
Conociéndome, no me podía imaginar aplicando mis conocimientos para
animar a la gente a desarrollar sus actitudes y aptitudes, ¿para qué?, ¿para
perder el poco dinero que les queda?, y encima cobrar por los servicios…No hay
que ser muy listo para comprender que se pueden iniciar multitud de negocios,
empresas y actividades, pero que dada la situación económica y cultural de este país, no vas a cobrar, y si te pagan
será al año y después de abandonar tu negocio para ir a cobrar.
Ahora mismo, de cada mil negocios, un uno por ciento dura más de seis
meses.
¿Por todo ello, se ha puesto de moda todo lo relacionado con el coaching?
¿Es un negocio con fecha de caducidad? ¿Es la solución a todos nuestros
problemas, o con esta crisis no puede?
Las sesiones de coaching son terapias de conjunto bien estudiadas,
donde te ablandan la mente-como si te hubieras tomado un par de copas-, y de
donde sales eufórico y capaz de montar cualquier negocio: una floristería, una
app, una tienda de té hindú, etc…muy acorde con tu forma de pensar o de
ser-aparentemente-, pero sin ningún apoyo técnico-económico, ni antecedentes,
ni planificación o estrategia. Es decir, a los seis meses te quedas sin
ahorros, lo que dura el aval… ¿No sé si esto es muy bueno...?
Este método si es un negocio en sí mismo, de hecho se imparten cursos
para impartir-valga la redundancia-el mismo.
Y con todo esto no quiero decir que los profesionales que lo utilizan
no lo hagan bien, y que también hay personal que necesita unas dosis de
autoayuda, pero en general, es un abstracto vacío de materia de verdad.
Si este sistema está pensado para ayudarnos a salir de la personal
crisis de cada uno, creo que no es del todo correcto.
Lamentablemente opino que a medida que vayamos mejorando, y
disminuyendo la abultada cifra del paro, este método volverá a su ser, es decir
a ayudar a los CEOs y ejecutivos a mejorar sus relaciones con el negocio, a
vender más, o mejorar sus relaciones con el mundo, lo que se lleve en ese
momento.
Como ayuda personal viene bien, pero sabiendo que no es más que eso.
La solución a este problema global tiene que venir de la mano de los políticos,
ayudados de expertos técnicos que analicen y planifiquen las estrategias a
seguir en conjunto del país, en función de los potenciales intereses y recursos
actuales. Así determinar cuáles son los negocios que se pueden crear para
conseguir esos fines determinados por ellos. Es decir, nos tienen que explicar
qué tipo de sector o industria está decidido el país a poner en marcha, o a
desarrollar. Con esos iniciales mimbres podremos crear nuestra estrategia
determinada, no ficticia ni tampoco abstracta.
Creo que la planificación y la estrategia, con información y ayuda de
expertos profesionales, y de la verdadera situación actual y futura, son las
claves para empezar a decidir qué actividad sería interesante emprender, sin
tener sobresaltos en su desarrollo. Sea la actividad que sea, no hablo de
montar fábricas, sino del más mínimo negocio.
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